Estamos seguros que a ti también te ha pasado. Están a punto de llegar los invitados a la cena, y quieres vestir la mesa para la ocasión. Te acuerdas de aquel precioso mantel blanco que tanto te gusta y qué horror!!!! el mantel ya no es blanco, es amarillento!!
Para hoy ya no estás a tiempo de resucitarlo, pero puedes intentarlo para la próxima vez.
Disuelve tres cucharadas de bicarbonato, en un litro de agua, y sumerge el mantel, junto con sus servilletas, en esta solución durante una hora.
Tu lavadora te ayudará a hacer el resto. Puedes lavar el mantel con el programa y detergente habituales, y lo habrás resucitado. Tu mantel habrá recobrado su color blanco original.
Si quieres evitar estos sustos, puedes probar de envolver el mantel en papel de seda, se conserva mucho mejor.